🔥 Fumigación de Plagas ⇨ Alternativa de Control en el Campo Agrícola
En el campo agrícola la fumigación de plagas se refiere a la aplicación de gases (fumigantes) o humos.
Estos gases fumigantes solo pueden aplicarse en lugares limitados o cerrados como son los almacenes en donde se depositan productos cosechados o cubiertos por plásticos impermeables, ya que en lugares abiertos se perderían por completo los gases utilizados.
Cuando se fumigan los suelos debemos contar con algún mecanismo que cubra toda el área para aprovechar al máximo el producto utilizado.
Los gases logran penetrar entre los espacios del material en resguardo; no solo logrando la penetración en el tejido vegetal en ciertas proporciones, sino también en la anatomía del insecto, el hombre y otros mamíferos a través del aparato respiratorio, luego son absorbidos rápidamente por los pulmones y finalmente viajan por todo el cuerpo en la sangre, considerados peligrosos por su alta toxicidad y de fácil absorción pulmonar.
Productos que se fumigan
Entre los productos agrícolas con mayor exigencia de fumigación o pulverización para combatir polillas y gorgojos, se encuentran las frutas secas, granos y los cereales. Internacionalmente la fumigación es un requisito de ley cuarentenario como tratamiento normal.
En los viveros se pulverizan las mezclas de suelos que son utilizados como substratos. También se fumigan los suelos de áreas destinadas a grandes cultivos muy rentables para eliminar malezas, hongos, nematodos e insectos.
Acondicionamiento para las fumigaciones
El material comercial utilizado para efectuar la fumigación lo encontramos en la mayoría de los casos como un gas licuado (bromuro de metilo), pastillas o gránulos (fosfina); estos al tener contacto con el aire y la humedad producen gases o discos impregnados (gas cianhídrico) que al tener contacto con el aire desprenden gases.
Este éxito es alcanzado con el uso de almacenes cerrados, cámaras de fumigación y cubriendo todo con plásticos impermeable, esto garantiza la concentración del gas. Luego de haber terminado la aplicación del tratamiento para la fumigación de plagas y el lapso de tiempo, se procede a la aireación del producto, disipando así todos los gases tóxicos concentrados.
Residuos y otros efectos
Los gases utilizados como fumigantes pueden dejar residuos en los que existen límites permitidos de tolerancia, esto depende del tipo de pulverización, naturaleza y condición del material fumigado.
La parte externa del producto tratado puede fijar por adsorción o retener los gases fumigantes (liquida, grasosa o formación de cianohídricas y bromuros inorgánicos). Estas reacciones químicas e irreversibles se favorecen con temperaturas muy altas.
Dosificación
La dosis indicada para la fumigación se debe ajustar a ciertas condiciones como lo son la temperatura, cantidad del material almacenado en el volumen manejado, hermeticidad de la estructura fumigada y lapso de tiempo que dure el tratamiento.
Comúnmente la dosis del fumigante a usar se expresa en cantidad:
(Kg, Lt ò Nº pastillas) X aplicado a un volumen espacial X tiempo
La concentración se puede expresar en:
- g/m3 (Peso por volumen)
- 2,555 ppm (partes por volumen)
- 0,2555 x 100 (100 por volumen)
La concentración del gas disminuye substancialmente con la absorción y adsorción del material almacenado y fuga de la estructura hermética.
La mortalidad de la plaga a cierta temperatura está dada bajo dos condiciones que actúan en conjunto: la concentración del gas y el lapso de tiempo de fumigación (C x T). Estos dos factores tienen el mismo nivel de importancia en la fumigación de plagas, pudiendo variarse el tiempo de exposición de cualquiera de los dos siempre que el total de C X T se mantenga igual
Toxicidad y seguridad
La extremada toxicidad de los fumigantes se trasmite rápidamente e ingresa vía respiratoria. Los cuidados deben tenerse, aunque se manejen en bajas cantidades. Los sitios o locales de tratamientos deben estar alejados de las viviendas o cualquier otro lugar que habite el hombre, debido a que en el proceso de aireación todo el gas debe dispersarse.
Las fumigaciones dentro de vehículos de carga, barcos, molinos, almacenes, etc., debe ser ejecutado por personal calificado. Por regla general se maneja que durante la jornada no podrá estar solo una persona ya que al momento de un accidente precisa de ayuda externa.
La cloropicrina, es una sustancia irritante que se encuentra entre los componentes químicos de algunos gases fumigantes, de modo que al estar en el aire se pueden percibir con rapidez.
Las máscaras usadas para la protección deben proteger el 100% de la cara y conectarse a un filtro o canister que protejan contra los vapores orgánicos. Muchas mascaras no dan suficiente protección contra los gases.
Principales fumigantes
Entre los productos más utilizados ampliamente para la fumigación de plagas encontramos el bromuro de metilo y la fosfina.
- Bromuro de Metilo: utilizado para fumigar granos y otros productos del almacén, además para la desinfestación y desinfección de suelos en siembras de alto valor económico (fresas y viveros). Es tolerado por muchas plantas y dañino para algunos frutos.
El bromuro de metilo es el más empleado para la cuarentena debido a la rapidez (24horas) de penetración y efectividad aún a baja temperatura. El bromuro de metilo es un compuesto que reduce el ozono de la atmosfera, ha sido prohibido por algunos organismos ecologistas.
Comercialmente este producto se encuentra bajo la presentación liquida y luego es gasificado en el ambiente. Se encuentran en envases de lata con un peso de 1 lb hasta 100 lb, su aplicación es un poco complicada debido a que no se pueden dosificar pequeñas cantidades después de perforar la lata.
- La Fosfina: esta es más manejable para su aplicación, tienen mayor comercialización y goza de un bajo costo lo que ha aumentado su uso, llegando a reemplazar al bromuro de metilo y a otros gases. Entre sus limitantes o controversias se encuentra de que se requiere de más tiempo (+ de 7 días) para su efectividad y no funciona bien a bajas temperaturas.
La fosfina o fosfuro de hidrogeno es su estado de pureza es altamente inflamable, debido a esto las pastillas o gránulos comerciales (formulaciones) contienen entre sus componentes una sustancia volátil al contacto con el aire. Además, la fosfina oxida las superficies de cobre y daña los equipos eléctricos. Entre los nombres comerciales existen: Detia, Gastoxin, Phostoxin, etc.
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Los gases utilizados para la fumigación de plagas son sustancias venenosas, que producen trastornos en poblaciones de plagas en donde se aplican y generan desequilibrio en los entornos bióticos y abióticos dentro del agroecosistema y ambiente en general incluyendo seres humanos y demás mamíferos.
Estas consecuencias negativas son enormes y difícil de cuantificar, solo en gastos de atención médica a las personas intoxicadas (accidentalmente).
El problema se eleva aún más cuando el manejo de plagas descansa únicamente en la fumigación, produciendo un ascenso en el uso de gases y aumento del crecimiento del problema.
Tomando en cuenta a la naturaleza, a el hombre, los efectos secundarios que genera la fumigación de plagas y reflexionando sobre los mismos, lograremos soluciones efectivas conscientemente para un mundo mejor.