«Plantas Rastreras» ✔ 6 Tips para la Producción de Melón y Sandía

Los requerimientos y cuidados de las plantas rastreras, conocidas también como plantas plagiotrópicas (dirección de crecimiento) son diferentes a los de las plantas erectas, dado que crecen en forma horizontal abarcando en su mayoría casi toda la superficie del espacio sembrado.

La mayoría de las plantas rastreras con interés agronómico son aquellas que pertenecen a la familia botánica de las cucurbitáceas, allí encontramos especies como: La calabaza, el cabello de ángel, la esponja vegetal, el melón, la sandía, el calabacín, la chayota, pepino entre otras.

En esta ocasión abordaremos la producción de dos frutales con una gran importancia económica a nivel mundial, los cuales son el melón y la sandía (patilla).

Para aprender más sobre la producción de sandía, le invitamos a leer: 4 PASOS que puedes aplicar durante la “SIEMBRA de PATILLA”

¿Cómo es la anatomía de las plantas rastreras?

Plants rastreras

No todas las plantas rastreras pertenecen a la familia botánica de las cucurbitáceas, sin embargo muchas de las especies de interés agrícola y económico se encuentran dentro de esta familia.

Las cucurbitáceas poseen las siguientes características

  • Son plantas rastreras, trepadoras herbáceas mediante zarcillos, que representan vástagos modificados, naciendo en los nudos.
  • Presentan haces vasculares bicolaterales (carácter diagnóstico).
  • Por lo general hojas simples, en ocasiones    compuestas, palmadamente venadas, frecuentemente palmatilobuladas y no presentan estípulas.
  • En cuanto a su morfología floral, presentan flores unisexuales, rara vez hermafroditas, actinomorfas y epíginas
  • Poseen un cáliz (3-5) sépalos;  corola (3)-5 pétalos, libres o más frecuentemente unidos, amarillos, anaranjados o blanco-verdosos.
  • Androceo constituido por 5 estambres frecuentemente fusionados en una sola estructura (sinfiandros), rara vez libres.
  • Anteras monotecas.
  • Gineceo tricarpelar, sincárpico, ovario ínfero a semi-ínfero, placentación parietal, a veces 3-locular con placentación axial.
  • El fruto por lo general es una baya con el pericarpo duro (pepónide), en algunos casos baya dehiscente o cápsula carnosa (Momordica). Otras veces el fruto es una cápsula tipo pixidio (Luffa).

Para el año 2007 habían sido descritas 120 géneros de cucurbitáceas abarcando entre 750 a 850 especies.

6 tips para la producción de melón y sandía

Planta de melón

1. Exigencias climáticas

La sandía es una planta que demanda mucha sombra, se produce a gran escala en los países del trópico, así como también en países de clima templado. Es una planta bastante susceptible a las bajas temperaturas, su producción se ve afectada notoriamente por las heladas.

Necesita una temperatura mínima entre 12 a 14°C  para su germinación, para la floración necesita encontrarse a una temperatura de 18°C. La maduración del fruto se da a una temperatura mínima de 21°C. La sandía es una planta de días largos, no se desarrolla si no se presentan estas condiciones. Requiere de calor para poder madurar.

En cuanto al melón, al ser una planta que se originó en países de zona cálida, necesita una gran cantidad de calor, además de una atmósfera que no sea excesivamente húmeda. La planta de melón detiene su crecimiento cuando la temperatura se encuentra por debajo de los 12°C.

Las temperaturas para obtener una buena producción van entre los 18 y 24°C. Es muy demandante en cuanto a la iluminación. El mejor rendimiento se alcanza cuando la planta  recibe 15 horas de luz.

2. Exigencias en suelos

sandía

La sandía necesita suelos bastante suaves, muy ricos en materia orgánica en descomposición, sueltos y bien drenados. Los mejores suelos para la producción de sandía son los francos y profundos, así como los arcillo-arenosos. El exceso de humedad en el suelo afecta la producción. Prefiere los suelos con un pH comprendido entre 6 y 7, es decir, suelos ligeramente ácidos o neutros.

El melón es menos exigente que la sandía en cuanto al suelo, resiste terrenos más fuertes y de más consistencia, si bien le van perfectamente los mullidos, fértiles, profundos, bien aireados y drenados.

Los suelos arenosos que se calientan con facilidad le vienen muy bien a la sandía, sin embargo en el melón provocan una fructificación  y maduración demasiado precoz, que da lugar a frutos pequeños y de muy mala calidad. La planta de melón se ve afectada por los suelos ácidos, prefiriendo un pH comprendido entre 6 y 7, 5, aunque también se da perfectamente en terrenos medianamente alcalinos con un pH cercano al 8.

Para aprender más sobre la producción de frutales, le invitamos a leer: 5 Generalidades en el cultivo de papaya que mejoraran tu producción.

3. Abonado

Ambos cultivos son muy pocos exigentes en cuanto al abonado. Sin embargo necesitan de elementos minerales para su desarrollo.

Los aportes de nitrógeno influyen positivamente en el desarrollo foliar y en el tamaño del fruto, si bien un exceso de este elemento produce grietas en los mismos.

El fósforo es un elemento primordial para la abundante formación de frutos; la adición de boro mejora, en muchos casos, la calidad de los frutos, hace aumentar su riqueza en azúcar, facilita la fecundación de las flores femeninas y da al fruto más resistencia al calor y al agrietado. Cuando hay una deficiencia de Boro, los frutos se empiezan a agrietar en la zona apical.

El nitrógeno es un elemento primordial, la falta de nitrógeno retrasa la aparición de las flores femeninas y que el exceso del mismo elemento tiende a hacerlas abortar.

4. Riego

Por lo general, los riegos deben darse al atardecer, cuando la temperatura de la tierra ha descendido un poco, aproximándose a la del agua. En ningún caso se mojaran los tallos, ya que esto puede originar la aparición de enfermedades. Un exceso de riego puede afectar al fruto, sobre todo el sabor.

Los riegos efectuados durante la floración son perjudiciales por producir el corrimiento de las flores o una mala fecundación de las mismas. En la producción de melón y sandía no se recomienda el riego por aspersión.

Entre dos y tres riegos, dados a tiempo, son suficientes, en la generalidad de los casos, para el normal desarrollo y maduración de la sandía. El melón, por su parte necesita riegos más frecuentes, normalmente entre cuatro y seis. En la época de maduración conviene distanciar más los riegos, pero no suprimirlos.

Hay que recordar que el melón y la sandía son frutos que albergan grandes cantidades de agua en su composición.

5. Rotación de cultivos

Es muy importante que no se vuelva a sembrar ninguno de los dos cultivos por un tiempo, debido a la aparición de ataques de enfermedades, especialmente la fusariosis y la verticilosis.

Ambos cultivos se pueden sembrar después de papas, maíz, trigo, judías, entre otros, pero es importante tener presente no ponerlos detrás de pepino, calabaza, tomate, pimiento, berenjena entre otros. Es decir no cultivar por detrás de otras cucurbitáceas y solanáceas.

6. La poda

Por lo general, no se suele emplear la poda en ninguno de los dos cultivos. No obstante, de hacerse, pueden seguirse dos métodos: el primero consiste en el castrado, cero cortes de los brotes secundarios, dejando sólo dos brazos orientados en el sentido del ancho de la superficie del terreno. Así, el número de frutos que se obtiene por planta es de 4 ó 5.

El otro sistema es dejar 3 brotes por planta de manera radial, cuando éstos tienen 5 ó 6 hojas. En las axilas de éstas nacen brotes secundarios, en los cuales se dejará un solo fruto, despuntando a tres hojas por encima de él.

EI tipo de poda practicado y la intensidad de ésta, pueden ocasionar una reducción en el rendimiento y calidad de los frutos. Al mismo tiempo pueden producir un adelanto en la fecha de maduración, así como frutos más gruesos, por eso la poda debe realizarse por un personal calificado.

Para aprender más sobre otros cultivos, le invitamos a leer: ¿Cómo sembrar el ají para obtener excelentes resultados?

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